27 abr 2011

Una canción de cuna

Allí dormía, la fiera,en sus caóticas profundidades. Reposaba junto al ojo, al ojo que todo lo esconde. Esconde y atrapa en su piel lo que sus labios no manifiestan. El cuerpo destruido, mutilado, por aquellas garras inaudibles. Es mal visto aquello que la mente misteriosa oculta con recelo, con el poder de mil gritos de ira y guerra

24 abr 2011

Marioneta

Finos hilos, delicados,
como telas de arañas adheridos,
manipulan mis miembros,
me mantienen en vilo.
Una mandibula, traviesa, astillada y pendiente,
larga ecos sin ruido, suspiros aparentes.
y sobre esta unos botones desorbitados, vacios, sorprendidos.
Y aquella sonrisa abstracta, colgada a la altura de los oídos.

Toda brizna cortada.
En el suelo los latidos.
Una caída impensada.
En tierra recobra el sentido.

6 abr 2011

Vacilante condena

Cuando se carece de equilibrio
y se surca una pendiente,
la  impresión de ahogarse en un río,
así es como se siente...
¡Como si no fuera suficiente!
perder los estribos de la mente...
y cuando cada vez que lo miras,
ves sólo las mentiras,
de ti se apodera, él. Se apodera la ira,
te arrastra y, fuerte, tira .
Te arrastra en un desfile con el diablo,
los jinetes del Apocalipsis corren del establo
las llamas ilumina las calles
no extraño que en valles de tinieblas te halles
Y luego del baile,
"que no es mi señor", dile
déjale jugar con mis hilos
que sabes, pueden cortarle.
Tienen el más importante filo
y en la venganza, otra trampa sigo
y engañada pero satisfecha río.
Entonces otra vez, salto,
tan alto. Muy alto en tal abismo,
caigo atrapada, de nuevo, en mis hilos.
De lado a lado el riesgo esquivo,
atrapada en mi salvación
hilachas se blanden con pasión
a cada paso un retrato del sismo
y me pierdo finalmente en el mismo
me veo tras los ojos de dios
y en el helado y frío caigo
y te sigo en aquella corriente,
sigue la corriente, demente.
Así, en el poso, me hundo 
él, el mas profundo
Del tiempo, ninguna noción
cegada, consternada, por la atracción
sin poderlo disipar. 
si es que por siempre me vas a atar
ya deseo despertar.
Me provocas el arte de matar...
Tal vez a mí, tal vez a la razón
me siento atrapada en un infinito e insignificante arcón.
Si me dejas de hostigar,
tal vez pierda mis últimos suspiros en algún altar
en el que puedas mi libertad lentamente incinerar .