26 dic 2011

Mirror, mirror.. on the wall...

Escúchalos huir, por siempre, el eco de sus pasos se confunde con los ruidos del ambiente.
Se escucha el ritmo en sus pasos al alejarse, forman una  espectral orquesta.
Logran acelerar el pulso, logran acelerar el paso, de los que aún no dieron su vida por sus pasiones, con el ritmo fúnebre de sus fracasos.
"¡Qué tormento les espera, más terrible que una fiera!".
Si supieran que despues del abismo sigue la tortura a través de las eras;
es que la vida es una y nada mejor, luego, espera.
Algunan voces dicen: "Porque él es libre y eso es envidiable",
aunque algunos creen serlo y la escencia es inmutable.
Otros muchos se responden: "Quizá tambien sean libres pues bien eligieron  su condena",
 nadie se condenaria a una vida de eterna pena.
Es así como se arrastran los cuerpos, en una vida en la que el alma se agota;
en la que el único crimen es la misma condena, y de conformidad no se percibe ni  una minúscula gota.
Se ven en sus memorias como si de otros fueran: "¡miren como afilan la gillotina, como encienden la hoguera!". Es su reflejo y no una escena; "¡como acomodan la soga, el purgatorio les espera!";
empaticos lloran sus culpas como si de otros fueran; "¡como esperan la horca, que triste miseria".
Sin juicio, ellos caen en las tumbas por sus manos escabadas, en sus uñas se junta las mugre que en tanto tiempo no limpiaron.
Ya ni lloran los condenados, acostumbrados  a la idea,
porque pagaron lo debido, saben el precio de su deuda.
Porque creen seran libres y esa es su pelea,
a la que no le pueden dedicar pasión a una suerte tan dura.
El descanso nunca llega y acecha la duda,
de que hagan lo que hagan, la muerte, no sea segura.