6 dic 2010

Inside the big black room with a big, cold and beautiful window

Mientras me tomo un té con miel para relajar la garganta luego de un día agitado le presto un poco de atención. Un objeto virtual, vacío y solitario que me presta su soporte irreal en un inútil esfuerzo por trascender.
Mi mente de repente está en blanco. Y yo estoy llena de miedos, es algo que puedo notar, pero reconocerlos me otorga renovadas fuerzas. Como una cobardía casi heroica, apasionada, inconsciente, condenada al fracaso y  contra todo pronóstico inagotable fuente de vida.
La energía brota de quién sabe donde, misteriosa, primitiva,  sigilosa, cuasi convenciéndome de lo ridículo. Tal vez sean los brotes de raíces ancestrales que se revelan. He aquí mi objetivo! No puedo ignorar el llamado. Es una nueva búsqueda en el inconsciente, en el consciente, en la infinidad . Me encuentro acechando una verdad que creí relativa pero que siempre me había generado más preguntas que respuestas. Se siente ahora palpable, maleable y concreta. Se está gestando en algún lugar un nuevo molde, exclusivo e inigualable.
El descubrimiento está próximo, amenazando con dejarme sin fin, plan, utilidad. Y lo que te apasionó tanto como para dejar la vida en ello, es aquello, lo único, capaz de exterminarte.

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